lunes, 6 de diciembre de 2010

GESTION CON PERSONAS

Me ha apetecido, una vez recorrido este pequeño camino, hacer una reflexión que, de alguna manera, retorna al origen del blog, es decir, las personas.
Estoy observando que, en cantidad de situaciones, instancias, etapas, donde se producen relevos en las personas que tienen responsabilidad sobre otras, se produce un efecto, que desgraciadamente (y lo digo con cierta tristeza) repercute negativamente, no solamente en la motivación de estas personas, sino en la productividad de la organización, sin lugar a dudas.
Me refiero a lo siguiente: Cuando determinadas personas toman, asumen cierta responsabilidad derivada del cargo que van a ocupar, en un gran porcentaje (si no estáis de acuerdo, por favor, me lo comentáis) priorizan determinadas acciones del día a día, acciones de naturaleza económica, acciones de naturaleza organizativa, acciones de naturaleza técnica, respecto a aquellas dinámicas que tengan que ver con las personas; éstas pueden esperar, no son prioritarias, hay otras urgencias, otras necesidades más importantes.

Y cuando veo estas formas de hacer, os voy a ser sincero, sufro. ¿No se darán cuenta que no hay nada más importante que las personas, que sus necesidades, sus aportaciones, su motivación, su ilusión, su alegría, su felicidad? Si no se trabajan estos ámbitos todo lo que se consiga será caduco, sin cimientos, perecedero, no se logrará el valor añadido de las personas; se llevará adelante la organización pero faltará alegría. Y, amigos mios, sin alegría todo es artificial, pura fachada.

¿Cómo se consigue convencer a las personas que tienen responsabilidad de que sin este enfoque no se disfruta en el trabajo, de que no merece la pena conseguir logros que no se disfrutan, de que la productividad y eficacia del trabajo de una organización pasa por la aportación ilusionada de las personas?
Y, por supuesto, lo digo convencido, sin ningún tipo de demagogia.

Es mi opinión.

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