domingo, 1 de diciembre de 2013

ORGANIZACIONES QUE SURFEAN


En la Formación Profesional de Euskadi corren vientos de cambio, de avance, de nuevos retos. No importa que desde Madrid nos quieran enviar un dinosaurio en forma de ley. En la FP de Euskadi hace muchos años que se extinguieron los dinosaurios. Ya no cazamos con lanzas, ahora pensamos en el presente y en el futuro de nuestros jóvenes.

Se están gestando nuevas formas de interacción entre Centros de FP, empresas, Centros Tecnológicos, alumnos/as,… de las que veremos sus primeras luces el curso próximo 2014-2015.
Este nuevo tiempo de pensar en clave creativa genera, sin duda, un clima de (bendita) incertidumbre, de preguntas sin respuesta clara, de cierto riesgo, de dudas, de toma de decisiones,… para poner en marcha en la Formación Profesional, nuevos programas, nuevos proyectos, nuevos enfoques relacionados con el aprendizaje del alumno/a, con el rol de la empresa, con las funciones de los centros de FP… y dar, de esta manera, la mejor respuesta a las empresas de nuestro País. Y cuanto antes llegue, mejor.
Ante esta situación de formas todavía no muy nítidas se plantean dos consideraciones:
  • En un primer momento, tenemos que ser organizaciones, personas que sepamos, no solamente convivir, sino gestionar, disfrutar, mejorar, en este clima de cierta niebla. Tenemos que movernos entre proyectos, dudas y riesgos, y hacer de esta situación el mejor escenario en el que podríamos estar. Porque, simplemente, estamos dando forma al futuro de nuestra FP. Y dar forma, amigos míos, es crear, es dudar.  No hay tiempo para esperar a tenerlo todo claro, a tener resueltas todas las dudas, a tenerlo todo atado. Porque, cuando aparentemente ya no quede niebla nos encontraremos con un paisaje lleno de dinosaurios, y nos daremos cuenta de que, como decía Mario Benedetti, cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.
  • Pero hay que dar un paso adelante como Centros de FP y llegar a convertirse en las organizaciones que generan esa incertidumbre, que proponen los retos para la FP, que reflexionan y debaten ideas innovadoras. Para surfear una ola previamente hay que adentrarse en el mar y convivir con naturalidad entre las primeras olas para, en cuanto se vislumbre la ola, tomar la decisión y ser quien marque la estela.
En definitiva, si queremos tener en Euskadi una Formación Profesional de primera línea, los Centros de FP necesariamente tienen que ser organizaciones inconformistas, atrevidas, retadoras, innovadoras, capaces de escribir el futuro de nuestra FP junto con nuestros aliados.