sábado, 4 de octubre de 2014

GESTIONAR CON PROGRESIVIDAD


A la hora de diseñar la planificación de acciones a desarrollar en un proyecto, en una estrategia, en… en algunos momentos nos encontramos con que nos animamos a plantear la ejecución de varias acciones en paralelo, o en un lapso corto de tiempo. Y lo hacemos así porque nos vemos con el conocimiento suficiente y el ánimo necesario para planearlo de esa manera. Y, de hecho, no nos achanta el esfuerzo que hay que realizar para cumplir con esa planificación tan exigente, seguimos adelante y cumplimos con el compromiso.

Pero, ¿no os ocurre que, aunque cumplamos con ese compromiso contraído en la planificación, parece que no ha tenido valor ese esfuerzo, que poca gente lo percibe así, que incluso ponemos el listón muy alto para próximas planificaciones? Ojo, no estoy diciendo, ni mucho menos, que bajemos el ritmo de trabajo, que nos relajemos, que…

Creo que es importante gestionar adecuadamente el ritmo personal, el ritmo de la organización, es muy importante gestionar la progresividad.

En lugar de plantear esas acciones paralelas, identificar, fijar, ejecutar una acción, expresar con convicción su realización y el cumplimiento del hito; y, tras ello, y sin que pase más que el tiempo estrictamente necesario, planificar la segunda acción planteándola como una fase consecutiva a la anterior. Esto dará sensación de avance en la organización, dará tiempo para saborear los éxitos, dará espacio para que las personas perciban esfuerzo, seguimiento y coherencia.

Insisto, no se trata de bajar el ritmo de gestión de la organización sino de gestionar de otra manera, mucha más sólida, utilizando la variable tiempo de otra forma, una gestión más progresiva.