sábado, 9 de octubre de 2010

CRISIS EN LAS PERSONAS

Con esto de la reducción salarial se ha generado en los centros de enseñanza un cierto regusto amargo en las personas que, si no se atiende de manera inteligente, puede traer consecuencias no deseadas. Si en la organización se percibe como una especie de losa que atenaza la ilusión de las personas, tal vez sea momento de dedicar un buen rato a cómo gestionar esta situación. Yo creo que, evidentemente, las personas necesitan tiempo para asumir este nuevo escenario pero, cuidado, sería contraproducente paralizar el funcionamiento diario, la puesta en marcha de planes, de actividades, es decir, el avance de la organización, por el simple hecho de pretender ayudar a la asunción por parte de las personas de la nueva situación y no querer “molestar” o “enfadar” aún más a las personas. Probablemente con este enfoque se contribuiría a que las personas perciban un debilitamiento del liderazgo del equipo directivo, del que desaparecería la percepción de autoestima y energía de los que, sobre todo en estas situaciones, debe hacer gala. Mi opinión es que, aceptando en parte un cierto freno en la puesta en marcha de algunas actividades, se complemente con una adecuada gestión positiva del ambiente. Ahora más que nunca el equipo directivo, los líderes de la organización deben desplegar toda su creatividad y liderazgo para planificar y desarrollar acciones encaminadas a animar, recuperar y ganar a todas las personas de la organización para que ésta salga reforzada de su situación negativa.
Una organización excelente es sólida y tiene los recursos necesarios para ello.
También se asume un riesgo, pero el momento lo precisa. Las personas lo agradecerán.

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