jueves, 13 de febrero de 2014

EMAIL E IMAGEN

No sé si os habéis puesto a pensar en esto.
Cuando una persona, si tiene un cargo con responsabilidad, pues con mayor motivo, envía emails a otras personas de la organización, adquiere importancia qué tipo de emails envía porque las personas que los reciben, a través de esos correos se hacen una imagen (equivocada o no) de la persona emisora.
Si un líder envía permanentemente emails de entretenimiento, o emails de temas tecnológicos, o emails de agradecimientos, o emails de proyectos innovadores, o emails de problemas surgidos, o emails de órdenes a ejecutar… esa persona va a adquirir una imagen que será la que sea, la que su manera de gestionar el correo le haya proporcionado.
En una primera fase es importante controlar estas acciones, de manera que los envíos de emails se hagan con equilibrio, con el ritmo adecuado por cada tema de envío. Ya en una segunda fase, más intencionada, más buscada, se puede regular la naturaleza de los emails enviados en función de la imagen que se quiera dar a las personas receptoras de la organización.
Hay que cuidar mucho este aspecto cotidiano de la gestión del correo porque un uso inadecuado o descuidado puede generar mala imagen, o, por el contrario, una utilización planificada  puede ayudar al desarrollo de un liderazgo eficaz.

Se trata de dar importancia a algo que parece que no la tiene.

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