sábado, 17 de septiembre de 2011

ESPERAR LOS IMPREVISTOS

Aunque ya he hecho alguna reflexión sobre este tema no hace mucho tiempo, me gustaría continuar un poco más. Todos sabemos que la información es el punto de partida para tomar cualquier decisión. Pero en este ámbito hay un aspecto que, a mí personalmente, me preocupa y me desasosiega.

Tal y como comentaba en la reflexión sobre Planes Estratégicos estoy convencido de que es muy difícil recabar más allá del 20% de la información necesaria para la toma de la decisión óptima. Es decir, diciendo a la brava, tomamos decisiones con poca información. Pero la cuestión no es esa sino que, al menos, seamos conscientes de que tomamos decisiones en esas circunstancias y de que, por tanto, será muy probable que aparezcan variables (para nosotros, inesperadas por ignorantes) que nos obliguen a corregir el camino emprendido e incluso a desandar lo andado.

Y un poco más allá, si las personas que toman decisiones fueran, como digo, conscientes de que tales decisiones no serán, con mucha probabilidad, las idóneas, diseñarían acciones que previesen precisamente esas apariciones de nuevas informaciones no tenidas en cuenta.

Hay que planificar y diseñar mecanismos y métodos que gestionen las apariciones imprevistas de nuevas variables en mitad de un camino emprendido, y que traten estas inesperadas entradas de información de forma (curiosamente) esperada.

Se trata de gestionar una organización siendo conscientes de que los objetivos fijados están rodeados de inexactitudes pero fortaleciendo la manera de gestionar los imprevistos. Y esta manera de gestionar los imprevistos se puede planificar, al menos intentarlo.

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