lunes, 6 de junio de 2011

ILUSION CONSOLIDADA


Hace tiempo os comenté que tras estar midiendo durante años el GDS (grado de satisfacción) de las personas, nuestra organización avanzó hacia otra medición que, para nosotros, suponía pisar otro estadio en la gestión de las personas; se trataba del GDI (grado de ilusión). En este sentido, desde entonces, llevamos midiendo este concepto en las personas.

Se trata, en definitiva, de realizar una especie de gráfico en el que el eje de ordenadas representa el GDI (de 0 a 10) y el eje de abscisas, el tiempo (en cursos escolares). La interpretación básica es clara, cuanto mayor sea el grado de ilusión medido, mejor.

Lo que ocurre es que la ilusión que puede tener una persona, que en una lectura rápida, parece que es mejor que sea lo más alta posible, puede generar, si las cosas no marchan como uno quiere, un estado de ansiedad en la persona. Me explico. Un estado alto de euforia, de ilusión por afrontar un proyecto, un trabajo, por participar en la gestión,… si no se gestiona adecuadamente, puede volverse en contra y acarrear consecuencias imprevistas. Es necesario trabajar otros aspectos complementarios, como la paciencia, la inteligencia emocional, el autocontrol, para amortiguar ese estado y equilibrarlo en el tiempo. No podemos convertir la gráfica en un pico, de forma que ciertos resultados o variables imprevistas hagan descender bruscamente esa ilusión y provoquen un valle difícil de remontar. Insisto, hay que saber gestionar adecuadamente la ilusión de las personas. A día de hoy creo que no es bueno tratar de aumentar la ilusión de las personas sin tener en cuenta la variable tiempo.

Creo que hay que convertir la gráfica anterior en otro tipo de gráfica donde la ilusión no esté relacionada únicamente con el eje vertical sino que la ilusión se multiplique por la variable tiempo, de modo que lo que verdaderamente importe sea el resultado de esa multiplicación, que no es sino el área que hay bajo una curva y que ese área sea grande. Ya sé que me estoy metiendo en un jardín.

Os propongo la siguiente expresión: ILUSION PUNTUAL=Δ(ILUSION CONSOLIDADA)/Δt.

O dicho de otra manera, que la ILUSION CONSOLIDADA (la que verdaderamente importa) sea el área que hay debajo de la curva que representa la ILUSION PUNTUAL (que es lo que venimos midiendo estos años, el GDI). De esta forma, adquiere importancia, no únicamente el GDI puntual sino el resultado de multiplicar el GDI por el tiempo. Se trata, en definitiva, de gestionar la ilusión de las personas, de modo que se consiga que las personas equilibren su ilusión con el tiempo, que no sucumban a imprevistos, que mantengan su ímpetu, que aunque la ilusión puntual no sea excesivamente alta, el mantenerla en el tiempo genere unas consecuencias mucho más interesantes para la organización.

No siempre la organización debe dirigir sus esfuerzos a mejorar la ilusión puntual de sus personas sino que, en ocasiones, es mucho más interesante invertir en que las personas aprendan a ser más equilibradas en sus ilusiones y sepan gestionar sus emociones y su motivación de un modo más eficaz. Que esa ilusión conseguida a base de mucho esfuerzo sea duradera y no se venga abajo ante la primera adversidad.

Es otro aspecto de la ilusión, más oculto, pero lleno de oportunidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario