En MARISTAK la detección de las necesidades de formación se realiza desde tres puntos diferentes:
1.- La propia persona se autodetecta necesidades formativas, pero lo hace aplicando una plantilla donde, tras enfrentar dicha detección con diferentes criterios (alcance de la formación, vialbilidad de la formación, aplicación,..) un primer resultado es una necesidad formativa con una puntuación, lo que posibilita, además de la propia detección, la priorización. Un segundo resultado es el de contestar, en la misma plantilla, si esa acción formativa tiene como objetivo una mejora de competencia, una mejora de función o una mejora de contenido. Lógicamente antes de contestar a esta parte es preciso que la persona lea el Manual de Competencias y el Manual de Funciones, actividad que resulta interesante como una manera sencilla de interiorizar ambos conceptos.
2.- Una segunda detección la realiza el responsable de la especialidad donde se ubica la persona, con otro enfoque y otra visión más amplia, atendiendo al Mapa de Conocimientos de la especialidad profesional, que complementa a las expectativas formativas de la etapa anterior. Para ello, se emplea la misma plantilla que en el apartado anterior.
3.- Y una ultima detección desde la dirección del Centro, con la priorización y el contraste con los Manuales de Competencias y Funciones explicados anteriormente.
A partir de aquí, y teniendo en cuenta las puntuaciones (priorizaciones) correspondientes a cada acción formativa, se priorizan dichas formaciones y se comienza a confeccionar la planificación formativa individual, de modo que cada persona tendrá su propio plan formativo.
Mi recomendación es no realizar una planificación de gran número de acciones formativas por persona, sino apostar por una planificación pequeña pero realizable y sobre todo, eficaz, es decir, con retorno de la inversión realizada en la formación.