martes, 29 de marzo de 2011

DEL PDCA AL DCAP

Cuando una organización lleva años desarrollando una metodología de mejora continua, es decir, planificando antes de nada, ejecutando la planificación, revisando los resultados y diseñando acciones de mejora, va adquiriendo una cultura que le permite, por qué no decirlo, cuestionar estrategias en aras a conseguir un incremento de la eficacia.
En este sentido, ¿no os da la sensación, a veces, que se invierte excesivo tiempo y recursos en diagnósticos y en planificaciones estériles? ¿No os apetece, a veces, mandar al carajo una planificación que lo único que consigue es que se apague la llama de la ilusión ante la puesta en marcha de un proyecto? ¿Romper, a veces, el corsé de una metodología que paraliza el valor añadido de la inmediatez?
Por eso, os propongo seguir utilizando el PDCA pero, en determinadas ocasiones, alterar el punto de inicio, es decir DCAP. Hacer, poner en marcha vuestras ideas sin planificarlas, directamente, sin pensarlo demasiado. A continuación, y sin que transcurra mucho tiempo (esto es importante para identificar con rapidez acciones no muy afortunadas) chequear lo realizado, mejorarlo y que finalmente, toda esta experiencia, os sirva, ahora sí, para planificarlo con el plus de la eficacia que os proporciona la experiencia de lo ya ejecutado. Esta secuencia otorga más sensación de libertad para llevar a la práctica ideas que nos ocupan y que no hay que pasarlas por el tamiz de la metodología estructurada.

Un diseñador de jardines decidió inaugurar su obra sin construir caminos destinados al recorrido de los visitantes, no planificó nada. Puso en marcha su obra, observó qué caminos trazaban los visitantes, qué huellas dejaban en la hierba y rápidamente ideó unas acciones de mejora que consistieron en planificar y diseñar, ahora sí con acierto, unos bonitos caminos que coincidían con los itinerarios de los viandantes.

DCAP.Puede ser un paso adelante en la gestión.

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